Había un hombre que vivía en una hermosa playa, al lado de una colonia de pescadores. En uno de sus paseos matutinos, vio a un joven arrojando al océano las estrellas de mar que estaban en la arena.

—¿Por qué haces esto?, preguntó el hombre. Porque la marea está baja y morirán.

— Joven, hay miles de kilómetros de playa en este mundo y cientos de miles de estrellas de mar esparcidas por la arena. ¿Qué diferencia puedes hacer?

El joven cogió otra estrella y la arrojó al océano. Luego se volvió hacia el hombre y respondió:

— En este caso, hice una gran diferencia.

En Starfish vemos a un hombre idealista, que quiere salvar todas las estrellas de mar que pueda aunque sabe que no podrá salvar a cada una de ellas.

El otro hombre, que observa la escena, no entiende por qué el primer chico se esfuerza tanto, dado que ambos saben que salvar todas las estrellas de mar es una tarea imposible.

El joven soñador, sin embargo, concluye que, al menos para algunos de ellos, marcó la diferencia. A pesar de no poder ayudar a todos, valió la pena poder salvar a algunos.

La historia nos enseña que siempre debemos hacer el bien, aunque parezca pequeño.