Érase una vez, en un pequeño pueblo llamado Willow Creek, había una niña llamada Lily y un niño llamado Jack. Eran mejores amigos y les encantaba resolver misterios. Una mañana soleada, algo extraño sucedió en su pueblo.
La señora Green, la amable señora propietaria de la panadería del pueblo, corrió hacia Lily y Jack con una expresión de preocupación en el rostro. “¡Oh querido!” Ella exclamo. “¡Falta el collar de mi abuela!”
La abuela de la señora Green le había regalado el collar cuando era pequeña. Era muy especial y tenía una gema azul brillante en el medio. Lily y Jack sabían que tenían que ayudar a encontrarlo.Primero, fueron a la panadería de la señora Green en busca de pistas. La panadería olía a pan recién hecho y a pasteles dulces. Buscaron cuidadosamente en cada rincón pero no encontraron nada. Jack se rascó la cabeza. “¿Dónde deberíamos mirar ahora?” preguntó.Lily pensó por un momento. “Vamos al parque. Tal vez alguien vio algo”.En el parque conocieron a su amiga Mia, que estaba jugando con su perro, Sparky. “¿Has visto algo extraño hoy, Mia?” preguntó Lirio.
Mía asintió. “Esta mañana vi al Sr. Thompson caminando muy rápidamente hacia el viejo roble. Parecía que estaba escondiendo algo”.Jack y Lily intercambiaron una mirada. El señor Thompson era el jardinero del pueblo y siempre trabajaba cerca del viejo roble. Decidieron comprobarlo.Cuando llegaron al roble, vieron al señor Thompson plantando flores. “Hola, señor Thompson”, dijo Lily cortésmente. “¿Viste el collar de la señora Green hoy?”
El señor Thompson pareció sorprendido. “No, no he visto ningún collar. Pero encontré algo extraño esta mañana”. Metió la mano en su bolsillo y sacó un pequeño trozo de hilo azul.Lily y Jack examinaron el hilo de cerca. ¡Era del mismo color que la gema del collar de la Sra. Green! “¡Gracias, Sr. Thompson!” dijo Jack. “Esta es una buena pista”.
Luego fueron a ver a la señorita Lucy, la bibliotecaria del pueblo. La señorita Lucy sabía todo sobre Willow Creek. “Buenas tardes, señorita Lucy”, saludó Lily. “Estamos buscando el collar perdido de la Sra. Green. ¿Tiene alguna idea?”
La señorita Lucy sonrió y se ajustó las gafas. “Vi algo interesante. Esta mañana temprano, una urraca volaba por la panadería. A las urracas les encantan las cosas brillantes, ¿sabes?”
Jack recordó haber visto un nido de urraca en el gran árbol cerca de la biblioteca. “¡Quizás la urraca se llevó el collar!” el exclamó. Los niños corrieron hacia el árbol y treparon con cuidado hasta el nido. En el interior, encontraron una colección de objetos brillantes: monedas, botones y, por fin, ¡el collar de la Sra. Green! Bajaron y regresaron corriendo a la panadería. “¡Señora Green, lo encontramos!” Gritó Lily, sosteniendo el collar. Los ojos de la señora Green se llenaron de lágrimas de alegría. “¡Oh, gracias Lily y Jack! ¡Sois unos detectives tan inteligentes!” A partir de ese día, Lily y Jack se hicieron conocidos como los mejores detectives de Willow Creek. Resolvieron muchos más misterios juntos y siempre ayudaron a sus vecinos. Y cada vez que la señora Green usaba el collar de su abuela, siempre sonreía y recordaba a los valientes niños que lo encontraron para ella.
El fin.