Démades el orador hablaba un día en la Asamblea de Atenas, y como los atenienses no le prestaban la más mínima atención, les pidió que le permi esen contar una fábula de Esopo. Al consen rselo ellos, comenzó diciendo: «Deméter, una golondrina y una anguila hacían el mismo camino; cuando llegaron a un río, la golondrina echó a volar y la anguila se sumergió». Y, después de decir eso, se calló. Y al preguntarle ellos: «Y bien, ¿qué le pasó a Deméter?», dijo: «Está irritada con vosotros, que os desentendéis de los asuntos de la ciudad y os dedicáis a las fábulas de Esopo».
Así también, son insensatos los hombres que se preocupan poco de lo necesario y prefieren lo que se hace por placer.