La primera vez que vieron un camello los hombres huyeron de miedo espantados por su tamaño. Pero cuando, avanzando el empo, observaron su mansedumbre, se atrevieron a acercarse hasta cierto punto. Al darse cuenta, poco después, de que el animal no se encolerizaba, llegaron a confiarse tanto que incluso le pusieron bridas y se lo dieron a los niños para que lo llevaran.

La fábula muestra que el trato mi ga lo terrible de las cosas.