Un burro atravesaba una charca llevando una carga de leña. Se cayó por haber resbalado y no pudo levantarse, por lo que se lamentaba y gemía. Al oírle las ranas de la charca quejarse, dijeron: «¡Eh tú!, ¿y qué habrías hecho si llevaras aquí tanto empo como nosotras, cuando, habiéndote caído hace un momento, te lamentas así?».

Uno podría servirse de esta fábula contra un hombre indolente que se aflige con los trabajos más insignificantes y él mismo se conforma fácilmente con los más grandes.