El alción es un pájaro amante de la soledad que vive permanentemente en el mar. De él se dice que, para precaverse de las cacerías de los hombres, empolla en los escollos costeros. En cierta ocasión, un alción, cuando iba a hacer la puesta, buscó un promontorio y, al ver una roca junto al mar, decidió empollar allí. Un día que salió por comida ocurrió que el mar, agitado por un impetuoso viento, subió hasta el nido y, cubriéndolo de agua, ahogó a los polluelos. El alción, a su vuelta, cuando se percató de lo sucedido, dijo: «¡Desgraciado de mí, que, guardándome de la erra por insidiosa, me refugié en el mar que me ha resultado menos de fiar!».
Así también algunos hombres, guardándose de los enemigos, caen, sin darse cuenta, en amigos mucho más molestos que los enemigos.