Un cobarde par ó para la guerra. Al graznar unos cuervos, ró las armas y se quedó quieto; luego, cogiéndolas de nuevo, prosiguió; y cuando graznaron otra vez, se detuvo y al fin les dijo: «Graznad lo más fuerte que podáis, pero no me cataréis».

La fábula es sobre los muy cobardes.